jueves, 27 de junio de 2013
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El cerebro es en cierto modo el auténtico centro del sabor, ya que concentra las diferentes modalidades sensoriales. ¿Pero según qué vías? Haga la experiencia: ponga un pedazo de pan sobre la lengua, en seguida la nariz y la lengua se ponen en movimiento. Podemos percibir una serie de sabores: el dulce, el salado, el ácido y el amargo, entre muchos otros. La nariz completa la información enviada al cerebro.
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